Una voz delirante se sobresaltó por sobre la punta de la mesa diciendo “Uno menos”. La frase podría haber continuado, pero como sonó no pudo pasar otra cosa que ser interrumpida, fue pronunciada de una manera especial, como cuando uno habla y por arte de magia todas los sonidos de la mesa y, posiblemente, también del mundo, dejaron sus ruidos de tenedores chocando contra los cuchillos, contra los platos, ruidos de copas, solo quedó el imperceptible sonido de la exhalación del humo de alguno de los tantos cigarrillos. Con la bocanada de aquel cigarrillo prendido hacía cuestión de segundos también salió la palabra corta pero certera de Ernesto.
- ¿Qué te pasa pelotudo? – con toda la bronca del
Javier desde el extremo de la mesa, sin saber el porque de la reacción de Ernesto, titubeando dijo:
- Si, ya se, pero…
Volvió a ser interrumpido, quizá un poco más abruptamente, esta vez.
- Bueno, me pone contento – dijo irónicamente – que te lo reconozcas, me emociona. Estúpido, como vas a decir como si nada “uno menos”…
Esta vez interrumpió Javier.
- Si, pero.
- Sin peros, salame. Respeta un poco la vida humana. ¿Vos no tenes idea lo que es que se te muera un ser querido, un amigo, un familiar, lo que sea. No podes, insito, decir eso – decía sin atenuar la fuerza de su comentario –. Siempre lo mismo los fascistas como vos, muere alguien que no les gusta y dicen al unísono, tan metódicamente, como una melodía de canción “uno menos”. La verdad, me dan asco, no puedo seguir acá. Me voy.
Ernesto se levantó vehementemente de la mesa, hizo un ademán de tristeza para saludar a todos los de la mesa. Se dirigió con la cabeza gacha hacia la puerta, cuando de repente, al girar el picaporte, Javier le dijo:
- Che, pero estaba hablando de Neustadt.
Ernesto lentamente giró la cabeza, su ceño estaba fruncido, miró angustiadamente hacia la multitud, volvió a hacer un movimiento con la mano para abrir la puerta, luego miro a Javier.
- Ah!!! De Neustadt, ta bien. Que boludo, perdona, momia, todo bien.
Ernesto volvió a su silla. Todos siguieron comiendo.
GRACIAS POR LA MAGIA